Hacia una interpretación de los signos de los tiempos

santiagoFrente a los estallidos sociales vividos recientemente en el país, cabe preguntarse qué pasó con nuestros legisladores, nuestros políticos, nuestros pensadores, que no pudieron leer los signos de los tiempos. Por lo pronto, la respuesta es fácil, tenían puestos los ojos en otra parte, en el tesoro público, en la codicia personal, en conservar sus puestos, en las próximas elecciones, diremos muchos, etc. De otra manera no se explica la falta de tacto, de inteligencia para captar la temperatura social del país, esa efervescencia que ha sido esta vez  utilizada por la oposición al gobierno imperante, con las ya sabidas consecuencias. Desmanes y desorden público que le costará mucho tiempo al país volver a recuperar. Habrá, sin duda, una caída de los índices económicos que no repercutirá en los sectores ricos, sino, como siempre, en los bolsillos más modestos. El desorden social no conduce a otra cosa, en un primer momento; luego, se suceden cosas aún peores, como el caos político, aunque no esperamos llegar a tanto. Todavía Chile goza de cierta salud mental, y esperamos que este remezón social ayude a recuperarla completamente. Un pueblo que ha sufrido tanto, no puede darse el lujo de dejarse caer otra vez por la pendiente.

Ahora bien, durante unos treinta años el pueblo viene reclamando falta de equidad, sin que nadie se haga cargo realmente del problema. Educación, Salud, Transporte público, Isapres, son cuestiones que ningún gobierno ha sabido encarar como corresponde, interviniendo en las reglas del juego sobre estas materias.  Es imprescindible una intervención mínima del Estado en estos asuntos, porque está clara la llaga, y no hay nada más que decir al respecto. El diagnóstico está dado, y en todos los sectores del país estos asuntos producen escozor, injusticia y virulencia. Sino no hay una solución concreta al respecto, las consecuencias han quedado por estos días a la vista. El pueblo de Chile no está pidiendo regalos ni concesiones, está pidiendo justicia. He ahí la gravedad del asunto. Cuando se apela a falta de justicia, el dolor que la produce se vuelve un detonante peligroso que estalla en cualquier momento.

Sabemos que la educación en chile es demasiado cara para el bolsillo del chileno medio, y que no cabe ninguna duda que detrás de ella hay lucro. A los padres se nos va la mitad de la vida laboral costeando la educación de nuestros hijos. En salud, debiera existir una regulación mínima de precios para consultas y tratamientos médicos, lo mismo en materia de fármacos donde las evidencias del lucro descarado están a la vista, tras la proliferación de las farmacias en Chile. El transporte público, ha llegado a niveles degradantes, porque quienes manejan el tema, no han sido usuarios ni lo serán nunca, y así no puede mejorar. El Metro de Santiago se ha transformado en un verdadero tren de carga, como aquellos que antaño transportaban animales. En relación a los asuntos previsionales, las evidencias están también a la vista, dada las utilidades que recogen anualmente las isapres. En consecuencia, todo esto lo sabemos, y lo saben nuestros legisladores, pero ninguno es capaz de poner el dedo en la llaga, y optan por la conservación del orden establecido, procurando mantenerse inmóviles en sus asientos por décadas. Hay señores senadores y diputados que llevan cerca de treinta años atornillados en su sitio, sin hacer otra cosa que llenarse el bolsillo.

Miguel de Loyola – Santiago de Chile – 29 de Octubre del 2019.-

3 comentarios en “Hacia una interpretación de los signos de los tiempos

  1. Se agradece el intento de percibir el curso de los tiempos actuales, que atiende algo a comportamientos humanos conocidos de otros tiempos.

    Veamos, por ejemplo, lo que nos dice el filósofo, y óptico de profesión (no profesor) Baruch Spinoza, y a continuación veamos el terrible decreto de expulsión de Spinoza de la Sinagoga en 1656 por quienes querían conservar sus privilegios:

    «Si los hombres fueran capaces de regirse constantemente por una regla preconcebida; si constante les favoreciera la fortuna, tendrían el alma libre de supersticiones. Mas como suelen hallarse en situaciones tan difíciles que les imposibilitan adoptar resolución alguna racional; como casi siempre fluctúan entre el temor y la esperanza, por bienes que no saben desear moderadamente, su espíritu está siempre abierto a la más exagerada credulidad. Vacilan en la incertidumbre; el menor impulso les mueve en mil rumbos diferentes, y a su inconstancia se agregan las fatigas del temor y la esperanza. Por lo demás, observadle en otras situaciones y le hallaréis confiado en el porvenir, lleno de orgullo y jactancioso». Baruch Spinoza (1632-1677) Prefacio al Tratado teológico-político (1670) Traducción de Julián de Vargas y Antonio Zozaya (Madrid 1890).

    El anterior en la fecha y terrible decreto de excomunión de Spinoza de la sinagoga en 1656 es el siguiente:

    «Excomulgamos, maldecimos y separamos a Baruch d`Espinosa, con el consentimiento de Dios bendito y con el de toda esta comunidad; delante de estos libros de la Ley, que contienen trescientos trece preceptos; lo excomulgamos con la misma excomunión que Josué lanzó sobre Jericó, con la maldición que Elías profirió sobre los niños y con todas las maldiciones escritas en el libro de la Ley; maldito sea de día y de noche; maldito sea al acostarse y cuando se levante; maldito al salir de su casa y cuando a ella regrese; que Dios no le perdone jamás; que la airada cólera de Dios se inflame contra tal hombre y le envíe todas las maldiciones que en el libro de la Ley hay escritas; que Dios borre su nombre del cielo y lo aparte de las Tribus de Israel, con todas las maldiciones que están escritas en el libro de la ley. Los que permanecéis en el Señor vuestro vivid eternamente. Nadie tenga trato con él, ni escrito ni hablado; nadie permanezca con él bajo el mismo techado, y nadie lea lo por él escrito».

    Expulsión de Baruch de Spinoza de la Sinagoga (1656)

    Se agradece este interesante comentario de Miguel de Loyola sobre la actual situación chilena y la justicia social, pero ¿cómo hacer para que no se perpetuen comportamientos codiciosos por quienes tienen una cuota de poder en el momento presente de su tiempo? Por algo el autor del Lazarillo de Tormes sigue siendo anónimo. Hoy en día hasta el propio pensamiento del constructor de lentes y filósofo Spinoza se puede utilizar por quienes gozan de una buena posición para mantener sus privilegios y aparentar que dominan la situación. Es decir, lo contrario de lo que hizo nacer gran parte de su pensamiento y de sus libros.

    En cierta parroquia de la actual La Habana, según algunos pasajes recientemente escritos
    por un novelista cubano, se reúnen personas para rezar por la solución de problemas que no tienen solución. Por algo Spinoza buscó su sustento en la construcción de lentes y no en quienes dominaban el pensamiento oficial de la comunidad. Las formas de expulsión o exclusión de quienes denuncian los comportamientos de quienes se benefician de una posición privilegiada para desarrollar y hacer avanzar su codicia personal han cambiado bastante, y ya no se emiten decretos de excomunión con esa literalidad tan terrorífica, pero lo cierto es que se producen igualmente. Esperemos que Chile y los chilenos, como señala el comentario, conserven alguna salud mental para orientar todo ello.

    Un saludo desde Madrid
    Fdo: Ignacio Tamés García

  2. Es un buen resumen de una difícil situación… Por lo que parece, todo sud-america está patas arriba… Bolivia en llamas por otro presidente que no entiende que su profesión es temporal y no vitalicia… Venezuela, dispuestos a vender el país entero con tal de seguir siendo el gobernador del caos y la pobreza, Ecuador creo que ya se calmó un poco el tema porque el gobierno decidió ceder un poco… Y bueno, Perú se mantiene como buenamente puede, Brasil cada día un poquito más facho y criminal con el perro faldero de Trump, Argentina en su crisis casi perpetua y los demás sobreviviendo. Y seguro que me equivoco bastante pero bueno… Buen artículo.

  3. Miguel.-Como toda ficción nadie esperaba el famoso «estallido Social». Es un cuento creado pór
    los mass media. Un pais con más de un millon de emigrantes, con una pobreza inferior a los dos
    dígitos,con aginaldos y bonos de las recientes Fiestas Patrias. No sé tu,pero yo no veo el decontento social.

Deja un comentario