Los árboles no dejan ver el bosque

Nada más cierto eso de:  los árboles no dejan ver el bosque. Una frase acuñada por la experiencia de los siglos, pero a la cual rara vez se echa manos al momento de enfrentar algún asunto importante. La tendencia generalizada en nuestro país, es a ir siempre por las ramas, sin llegar jamás a tocar la raíz de los problemas. El temor, los intereses, la apatía y negligencia por llegar al fondo de las cosas impide una solución definitiva. Nuestros legisladores, llamados precisamente a solucionar los problemas que afectan a la comunidad, se pierden en discusiones estériles que no resuelven nada. Por el contrario, infectan las heridas, agravan los problemas y los vuelven endémicos

El asunto de las ISAPRES podría servir de ilustración. Se dispara a menudo como causa fundamental del tema de la salud. Se las cuestiona aquí y allá por esto y por lo otro, sin ir jamás a la raíz del asunto: el descarado negociado de la salud. La industria médica crece y florece sin prebendas. Los precios de los medicamentos alcanzan niveles a todas luces de usura, pero no hay quien ponga freno a tales ignominias, quien ponga el ojo en la raíz del problemas. Con las consultas médicas ocurre otro tanto. Un profesional de la salud percibe por quince minutos de atención lo que una persona común no alcanza a ganar en ocho horas de trabajo. Esas son las verdaderas desigualdades del sistema. Se puede aceptar que alguien gane el doble, el triple y aún otro tanto,  pero cuando sobrepasa esos límites, estamos mal, ya no resulta razonable bajo ningún pretexto. Entonces no se trata de un problema de las ISAPRES, meros intermediarios que deben lidiar con los titanes del sistema, sino de carestía y abuso de la industria médica en todo su espectro. Pero los árboles no nos dejan ver el bosque, la realidad en su conjunto, y los análisis se pierden en las ramas, y así no llegamos ni llegaremos como siempre a ninguna parte, a fojas cero una y otra vez, sin resolver los problemas, pero dando suculentos beneficios a los parásitos que nos representan. Ejemplos hay muchos, en todas las áreas, educación, vivienda, alimentación, incluso el de las AFP y la jubilación también pasan por ahí… pero seguiremos viendo los árboles, sin apreciar jamás el bosque.

Miguel de Loyola – Santiago de Chile – 2021